Ser mediocre es la leche

Amigos lectores, la mediocridad nos come. 
La vulgaridad está de moda y ha venido para quedarse. 
Cuanto peor, mejor. 

Al esfuerzo y al talento se le ignora, critica y castiga, mientras que la incultura es un grado. Se dan cien oportunidades al que no mueve un dedo por aprobar, y sin embargo, se mira con envidia y se da un martillazo al que trabaja y se esfuerza por mejorar.

Los líderes no son los mejor formados, ni los que más saben. Los líderes son los que no saben hablar en público, no saben Historia y no hablan idiomas. Los líderes son unos paletos acomplejados, que intentan poner barreras y fronteras continuamente, en vez de abrirse las puertas al mundo. 

Cuando era mas pequeño, pensaba, que los ministros, los senadores, o los dirigentes de un país, eran personas muy inteligentes y muy preparadas que merecían estar ahí. Pero según voy creciendo y viendo como funciona el sistema, me voy dando cuenta de lo vulgar que es todo, y de las pocas personas que hay que merezcan la pena. Mi problema era, que no contaba con la falta de sentido común que nos rodea. Políticos que no tienen estudios, ni formación, ni vergüenza, y ganan muchísimo más que el mejor cirujano, al que su carrera le ha costado muchos años de sacrificio.

La televisión está enfocada para ensalzar a famosos cutres, vacíos, sin dignidad y sin fundamento, que son seguidos por miles y miles de personas.

Un país que está perdiendo su identidad a pasos agigantados, porque muchos de sus ciudadanos reniegan de su himno, su bandera y costumbres. Pero lo más gracioso, es que no lo hacen por opinión propia, sino simplemente; ¡Porque está de moda! Con un informe PISA deprimente, y que sin embargo, los alumnos más vulgares son los más populares. Donde el 35% de la población, no lee nunca o casi nunca, y parece que solo existe el fútbol, las motos, los concursos de cocina, el botellón y el maldito Gran Hermano. ¡Qué cool!

Los valores morales, el sentido común, el respeto y la admiración al prójimo, están dejando paso al materialismo, la mala educación y las adicciones. El espíritu crítico y la creatividad están atrofiados hasta tal punto, que lo anormal está considerado normal. 

Los niños no tenemos modelos a quién seguir, a no ser que rebusquemos en la Historia, o algún deportista que sobresale por su esfuerzo y humildad.

Construir es ir de cualquier parte a una parte muy especial, y para ello hay que invertir tiempo, talento y esfuerzo; destruir es ir de una parte muy especial a cualquier otra parte, y para ello no se requiere absolutamente nada. 
Jorge Wagensber

Quitan a unos y ponen a otros, pero no por su valía, si no por su ideología. Rodeándose de tontos y pelotas para que su propia incompetencia pueda brillar, convirtiendo al competente en el peor pagado y valorado.

    

Dedicado a todos aquellos que se niegan a caer en la mediocridad, para vivir en la creatividad. Álvaro Cabo

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