Si aplicamos el sentido común, las buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta útil que nos ayude a los estudiantes mejorar por nosotros mismos y a los profesores que necesiten saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar. Pero pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico y rentable. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de educación, los alumnos recordaremos mucho mejor lo que se aprendió y descubrió.
La Enseñanza nos debe inspirar a descubrir, a no traicionarnos a nosotros mismos cuando no estemos de acuerdo, a buscar alternativas si creemos que existen otras mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque nos interesen y así evitar manipulaciones. A no engullir lo que nos cuenta el docente sin rechistar y después vomitarlo en una hoja un día concreto en una hora señalada.
¿Sería posible en el siglo XXI un sistema educativo sin exámenes? ¡Ya podemos volar!.
Alvaro, pienso como tu.
ResponderEliminarLa mayoría de las personas, se lo estudian, mejor dicho, se lo memorizan y hacen el examen y le sale una nota de un 8,5. Claro ellos están felices pero... si por sorpresa una semana después le haces el mismo examen seguro que no saca ni una tercera parte de su nota inicial porque no se acuerda.
Así es nuestro país con mas notas altas cada día pero con menos conocimiento.
Gracias por escucharme y un saludo:)