La realidad de todo esto es que siempre hay personas dispuestas a secundarlos porque saben que así podrán benificiarse de la falacia. Nos engañan con sus experiencias laborales, tesis, tesinas, carreras, másteres, propiedades, cuentas bancarias... y seguimos creyendo en ellos, en los expertos en los engaños, manupulaciones y tergiversaciones de la realidad. Se han esmerado y especializado tanto, que ya casi es imposible distinguir entre lo que es verdad o mentira. Es más, les importa muy poco perder la credibilidad, los cambian por otros que dicen la misma mentira de distinta manera y a vivir dos o tres años más del cuento.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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Buenísimo Álvaro.Tal cual.
ResponderEliminarDespués de todo no solo los políticos acostumbran mentir, todos somos expertos haciéndolo y llegamos a un punto en el que nadie le crea a nadie. Todos aceptamos mentiras por que ese es el ambiente en el que vivimos.
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